El revamping se presenta como una de las mejores soluciones para prolongar la vida y la rentabilidad de las instalaciones fotovoltaicas. Si quieres saber qué es y cómo se puede llevar a cabo, sigue leyendo.

Qué es el revamping fotovoltaico.

Revamping se podría traducir del inglés como “renovación”, y de eso precisamente se trata. El revamping fotovoltaico es la sustitución o reestructuración de los componentes de una instalación fotovoltaica para poder alargar su vida útil y su rentabilidad.

A día de hoy existe un importante número de instalaciones fotovoltaicas con más de 10 años de vida. Teniendo en cuenta que el desarrollo tecnológico de los sistemas fotovoltaicos en los últimos años ha sido muy importante, esas instalaciones presentan un desfase tecnológico que podría solucionarse fácilmente.

Mediante el revamping se puede mejorar una instalación y superar las limitaciones técnicas que existían en su día para aumentar su eficiencia y alargar su vida útil.

Revamping y repowering, ¿Son lo mismo?

Cuando se realiza un revamping hay que tener en cuenta que la potencia instalada no debería variar, ya que es la que se autorizó en su momento para la instalación. Esto en la práctica puede ser más problemático de lo que parece, ya que los paneles solares de hoy en día son mucho más eficientes que los que teníamos hace 10 años.

Cuando al hacer una renovación se cambia intencionadamente la potencia instalada, hablamos de repowering (repotenciación). Por lo tanto la diferencia entre ambas acciones reside en si se produce una modificación de la potencia de la instalación.

Por esto es importante que la renovación de las instalaciones se lleve a cabo por una empresa cualificada, ya que si no se realiza un buen análisis se podría incurrir en algún tipo de problema técnico o legal al modificar la potencia.

Ventajas del revamping fotovoltaico.

Extensión de la vida útil de la planta fotovoltaica.

Esta es una de las principales razones para hacer un revamping: alargar la vida útil de la instalación.

Puede ser que para algunos componentes antiguos deje de haber repuestos, ya sea porque el fabricante no siga operativo o porque se hayan descatalogado. En ese caso, la instalación estaría condenada a “morir” junto con sus componentes más frágiles.

Con el revamping se puede alargar la vida de la instalación para que siga generando beneficios más tiempo, sustituyendo las partes que sean necesarias. Además es importante destacar que los nuevos componentes que se instalen cuentan con nuevas garantías de fábrica.

Mayor rendimiento de producción eléctrica.

Introducir nueva tecnología en la instalación afecta directamente a su eficiencia, es decir, a la electricidad que produce, ya que los inversores, placas solares, etc. hoy ofrecen mejores resultados.

Además también se pueden introducir sistemas de control, comunicación y análisis que antes no estaban en la instalación, lo que también facilita el aumento de la producción y del rendimiento a largo plazo.

Reducción de costes de mantenimiento.

En las instalaciones más antiguas pueden aparecer gastos asociados a reparaciones, un mantenimiento cada vez mayor, etc. Al sustituir estas piezas se reducen esos costes ya que son elementos nuevos que además cuentan con garantía.

Aumento de la rentabilidad de la instalación.

Como consecuencia del aumento de la producción y de la reducción de costes, el retorno de inversión (ROI) de la instalación se verá incrementado y el Levelized Cost of Energy (LCOE) se reducirá.

La rentabilidad también aumentará gracias a que la instalación tendrá una mayor disponibilidad de horas productivas al reducir el número de paradas por mantenimientos o fallos.